Historia
El inicio
Los primeros maestros de Santa Fe fueron españoles, formados en la península europea. Uno de ellos, don Juan Rial, fue quien en 1884 organizó la Sociedad Unión del Magisterio, primera agrupación de docentes de la que tenemos noticia en el ámbito provincial.
Al año siguiente, incorporado Rial a la función directiva de la escuela fiscal de Esperanza, impulsó allí la fundación de la Sociedad Unión del Magisterio de esa ciudad, según cuyo estatuto tenía los siguientes objetivos: propender al perfeccionamiento moral, intelectual y profesional de todos y cada uno de los asociados, la ilustración y ayuda recíproca entre los maestros; recabar de quien corresponda todas las medidas que juzgue conveniente al progreso de la educación; estimular a los padres para que manden sus hijos a la escuela; dar conferencias de carácter educacional por los socios; proveer de ropa a los niños pobres de solemnidad; figurar colectivamente como sociedad en todo acto patriótico, cuando la naturaleza del caso lo exija; sostener una publicación periódica de carácter educacional exclusivamente.
La Sociedad Unión del Magisterio tuvo sus filiales en varias ciudades de la provincia.
En 1901 existía en Coronda el Círculo del Magisterio, del que habría surgido la iniciativa de reclamar por la desigualdad de sueldos de los maestros, ya que los varones percibían $30 mensuales y las mujeres $20.
En septiembre de 1902 apareció el primer número de La Cultura, revista del Círculo del Magisterio poco antes constituido en la ciudad de Santa Fe con el propósito de defender los intereses del gremio, el mejoramiento de su posición social y favorecer el logro de una mayor ilustración.
El Círculo del Magisterio de Santa Fe participó en 1905 del Congreso Popular de Instrucción Pública, convocado por la Confederación del Profesorado que en Buenos Aires presidía el santafesino Estanislao Zeballos, donde se acordó que la educación debe preparar hombres de criterio, carácter y acción; desarrollar sus aptitudes para el trabajo, y ejercer sus derechos cívicos; continuar la enseñanza del hogar y sistematizar la secundaria y superior; estimular la capacitación práctica; fomentar el desarrollo de aptitudes estéticas y, en el ciclo primario, las facultades mentales por medio de la investigación espontánea y la transmisión de conocimientos que capaciten para acceder a los superiores; preparar al individuo para ser útil al país; estimular la formación del hombre bueno y de carácter, disciplinado para la libertad y el gobierno republicano.
Nuestro enfoque educativo
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